El calor de la mítica Suecia gélida

Suecia no es conocida por sus veranos. La mayoria de la gente que sabe algo sobre Suecia sólo logra, si no es que se le confunde con Suiza, atraer imágenes de un país gélido. La verdad es otra, Suecia tiene días sumamente calurosos. La semana pasada, por ejemplo, tuvo unos días en que sólo andar producía en mi raudales de sudor. Lo bueno es que tampoco duran mucho. Ha habido una pausa temporal y por estos días las lluvias, nuberrones, truenos, relampagos y vientos han refrescado el ambiente un poco. Por eso me gusta. Uno de los motivos por el cual salí de Baja California/California es su calor. No en balde se le llama así a mi estado natal. Los exploradores que le nombraron fue porque se les imaginó estar dentro de un Calido Forno.

Y de seguro va a decir Bruno Ruiz, me copió. Pero no, la verdad sea dicha yo tampoco aguanto los días calurosos. No mucho, doy más a lo templado, a lo fresco. Y esto no es un accidente. Una de las razones por las cuales anduve el año pasado en el Distrito Federal fue para hacer un poco de investigación genealógica. Se corría mucho el rumor en mi familia de que mi madre, la oveja negra de Lucero SA de CV, había aparecido en Alarma!. No tardé mucho en dar con la Hemeroteca Nacional la cual queda cerca de la UNAM o quizá en los campos de la UNAM. Rodeada por multitudes de cactus, y piedras de lava el edificio en sí es muy moderno y su interior fue causa de asombro para mi. Si quieres ver fotos de su interior pincha aquí y aquí.

Alarma! no siempre fue una revista de sangrolo, matolo y asesínolo con un picahielos. Antes era más una revista de la realidad que daba momentos cotidianos de Ripley’s Believe it or not á la mexicaine. Y es ahí donde encontré las famosas fotos de mi madre. El rumor hecho realidad. Mi madre llevo acabo un acto de filantropía allá por 1967 en Jalisco para Casa Hogar de Guadalajara. La leyenda de Alarma! en el artículo va así: Sepultada en Hielo para hacer un bien. Estuvo enterrada por cuatro días bajo hielo y recaudo algo así como 30, 000. pesos de los aquellos entonces para un orfanatorio.

La “Princesa Amira” permanecio bajo media tonelada de frio en un maraton que reunio un poco menos de 30, 000!

Lo malo es que ya iba yo en su vientre. Quizá, deduzco desca acá, es por eso que mi preferencia hacia el frío tiene sus motivos naturales.

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