Integración

Aquí en Suecia existen programas llamados programas de integración. Creo que está idea de la llamada integración existe en todas partes del mundo y se manifiesta de alguna manera u otra entre extraños y hermanos. El denominador en común es el inmigrante. Pues es él u ella los que tienen que pasar por ese túnel de aprobación llamado integración. Eso en practica significa que uno es aprobado, aceptado en pocas palabras pero hay un precio que pagar por ello, nada es gratis en la vida bien reza el dicho. Y a ser verdad es el túnel del infierno. Mientras que el proceso en sí suena bonito y beneplácito para todas las partes involucradas en el proyecto de asimilar a los nuevos advenidizos al nuevo país la verdad es que en practica es un averno insoportable lleno de buenas intenciones. Y es que integrarse en estos casos significa hacerte pasar por un venado en una selva llena de leones. Y además leones muertos de hambre.

La gente local sabe cuando hay carne fresca en la localidad, eso da licencia para hacer miles de atrocidades chingaqueditas y los francotiradores en los matorrales no se hacen esperar tampoco, hay gente que te localiza a miles de millas de distancia y no se tientan en el corazón para chingarte. No sé de dónde provenga está necesidad inherente al ser humano pero tengan que ahí está chingandome la vida en este rincón escandinavo. Salvo que yo entré al túnel a sabiendas del perro daño y como un puto Ulises y su escudo reflector, batallo la puta hiedra del mal, días y días esperando poder cortarle la cabeza a la bella Medusa. Y como Sísifo, retorno al principio cada día.

Como buen Xicano tijuanense siempre he batallado con las imposiciones culturales en balde. Pero la ilusión de un buen pleito para aceptar el Otro requiere de tiempo y comprehensión solitaria, poder retroceder para poder contemplar el Otro en paz. Debemos de enfatizar que integración no es lo mismo que asimilación ya que asimilación es un proceso diferente que requiere total emulación del Otro. Integración conlleva un grado de aceptación social más o menos aceptable para el ‘nativo’ del país en cuestión.

No es que acepte que es Ok todo tipo de discriminación a diestra y siniestra sino que requiere de tomarse tiempo para poder comprender, en este caso, las causas antes de los efectos, en este negocio es fácil caer preso de los efectos ya que ellos son los primeros en manifestarse tras los resultados de los procesos del devenir. El ser humano discrimina por naturaleza y ni qué hacerle. Uno bien quisiera que todos pensaran como uno pero eso es wishfull thinking dicen los Anglos.

Los problemas de la integración son innumerables pero no estaría enumerar los siguientes:

– Nula aceptación social más allá de lo cortes

– Rechazo social en el devenir

– Rechazo lingüístico

– Burla de toda índole porque uno es diferente

– Nula aceptación de proceder personal, o en pocas palabras, la negación total de cómo es uno si uno estuviera en su medio ambiente natural.

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