Daou Report

by Peter Daou
traducción: Julio César Martínez

La dinámica de un escándalo Bush: de Cómo la noticia de espionaje se desarrollará (y desvanecerá). El tercer botón en la barra de navegación de Daou Report tiene un vínculo hacia la Constitución de los EEUU, una constitución que muchos ciudadanos estadunidenses creen que se encuentra bajo un sistema de apoyo artificial de vida o, en peor de los casos, letra muerta ya. La razón por la que sucumbió se debe a la corrisiva interacción entre la administración de George W. Bush, una falange de apologistas ciegos, un público políticamente apático, una maquinaria de mensajes de derechas muy bien aceitada, reporteros bajo nómina y una política de oposición desorganizada. El caso de espionaje doméstico ilustra a la perfección los mecanismos de este sistema. Y el desarrollo de está noticia no augura nada bueno para aquellos que esperan que dé resultados diferentes frente a otros escándalos de esta administración.

Esto es el porqué: la dinámica de un típico escándalo Bush traza contornos familiarizados

1. POTUS (siglas: Presidente de los EEUU pero en inglés) Le saca la vuelta la ley – una ofensa imputible.

2. Sale la noticia (en este caso después de haber sido ocultada por una agencia de noticias (el NY Times) hasta muy después de las elecciones del 2004)

3. El personal de Bush suelta al aire algunas estrategias de impugnación y por último decidiéndose por una, la cual se torna después en una mantra para todo partidario del partido Republicano. Estos Republicanos después se enfrentan a los pobremente inculcados partidarios Democratas y los hacen trizas en los noticiarios televisivos del país.

4. Los Rottweilers de la Derecha, locutores de radioescuchas, bitácoras, televisión de paga y editoriales de derechas magullan a los críticos de la política de George W. Bush por traidores al cuestionar la CIC (siglas: comunidad de inteligencia).

5. Los líderes del partido Republicano juegan defensivamente a favor de George W. Bush, no importa que flagrante sea el alcanze de Bush, no importa el tamaño del daño a la reputación de los EEUU o su Carta Magna. Algunos inconformistas de la estirpe de Hagel o Specter (senadores de los EEUU) se atreven a recibir un whiplash de los derechistas y humildemente sugieren que el Presidente debería de obedecer la ley. John McCain, siempre el apologista de George W. Bush, minimiza el escándalo.

6. Bitácoras de izquierdas y activistas en la internet se sacan de quicio expresando su ya familiarizada combinación de ira hacia Bush y frustración ante lo que parece ser inacción ante estos escándalos. Algunos editoriales de periódicos le hacen eco a estos sentimientos mas sin previo aviso prosiguen con otras noticias sin mayor deparo.

7. Algunos democrátas con los cuales se puede contar, como Conyers, Boxer, et al, cierran filas bajo principio y le dan un poco de esperanza a la comunidad de grassroots. El resto de los líderes Democratas se la pasan momentariamente enrabiados (alentando aún más a esa esperanza), pero se encuentra incapaz de sostener un sentido de indignación fuerte y enfoque lo cual es requerido para alzancar a la vox populi estadunidense y así crear un verdadero cambio tectónico en la opinión pública de los EEUU. Por ejemplo, justo cuando la madre de todos los escándalos está dando fuerte en Washington, los Democratas todavía se encuentra emitiendo comunicados de prensa sobre Irak, ANWR (siglas en inglés: Preservación de fauna en el ártico) y otros tópicos, diluyendo así la noticia y dando señas de que tienen poca intención de darle siguimiento a la noticia. Esto le permite a George W. Bush utilizar sus 3 armas de preferencia: Tiempo, la apatía de los ciudadanos estadunidenses y periodistas de a mentiritas los quienes se tragan el anzuelo y lo cuestionan con preguntas de algodón de azúcar en su casa de fraternidad.

8. Periodistas y agencias de noticias de toda índole ofuscan y se entregan al esparcimiento del equívoco pretendiendo plantar preguntas fuertes pero esencialmente se encuentran promoviendo la misma narrativa que han desarrollado y perfeccionado a lo largo de 5 años, o sea, alguna variación de “Bush fuerte, Democratas débiles”. Una amplia gama de tácticas para proteger a George W. Bush son puestas en marcha, una de ellas siendo la de plantar preguntas ridículas como “¿Debe George W. Bush de tener el derecho de proteger al ciudadno estadunidense o debería de someterse a las presiones políticas de los democratas? Mientrás tanto, la Derecha ataca a los medios de comunicación ‘liberales’ por atreverse a decir todo aquello que tenga la menor aparencia de la verdad.

9. Algunas encuestas saldrán con evidencias de que la mitad del público está de acuerdo en que George W. Bush tiene el derecho de ‘proteger a los ciudadanos estadunidenses contra terroristas.” Y otra vez, la verdadera problemática será encapsulada para esconder la verdadera naturaleza de la obra mal hecha. Los medios de comunicación utilizaran estas encuestas para crear un ciclo de autosuficiencia con el fin de convencer al público de que las cosas no están tan mal después del todo. El Presidente de los EEUU infringe la ley, la vida sigue su curso.

10. La noticia empieza a entrelazarse en un largo hilo de escándalos de la administración y por medio de la fatiga que producen los escándalos George W. Bush sobrevive la tormenta del escándalo y prosigue como si nada causando así bajas morales entre sus oponentes y consolidando la narrativa de los medios de comunicación de que él es firme y su determinación inequívoca. El Congreso cita audiencias reviviendo así la cuestión en mano momentariamente y los blogueros lo machucarán mas la promoción exagerada es todo lo que los Democratas pueden armar y francamente, la primera impresión es la cuenta.

Enjuage y repita hasta el cansancio.

Es una guerra de agotamiento lo que George W. Bush y su equipo han dominado. Al menos que alguien le ponga trabas al sistema para alterar el ciclo y hacer que el quinto poder eche tierra de por medio este ciclo vicioso continuará hasta el futuro indefinido.


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