El sexo opuesto.

Son miradas efusivas, a veces no las tolero, son muy fuertes. Hay veces que si, divino un charm coquetón. Pero más duelen las que miran, se fiján y desvían rápidamente sus ojos de los míos. Es tan fuerte el encontrón que no es tolerable para ambos.

(Mi ego me aconseja que pasó así porque afuera hay una tormenta eléctrica y por ende nuestras almas de aceptarse mutuamente terminarían inevitablemente trenzados en un nudo carnal de proporciones históricas á la Romeo y Juliet mezcladas á la Milan Kundera (La insoportable levedad del ser). Sí, eso ha de ser, acepto pasivamente la conclusión del ego; si, eso ha de ser, (me quiero convencer de a de veras) porque semos irresistibles, ambos, nos amamos en una sóla mirada, rápida, elusiva, pero profunda, la sentí despedirse sin reproches con el último cono ocular que se dejo arrastrar por una despedida que duro milenios enteros en la esquina del ojo izquierdo, el más coqueto por supuesto.)

Las más nobles rompen el corazón; las más sexy me lo socaban. Mujeres …Me vuelven loco. Me hacen el día y me lo deshacen. Quién las entiende?

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