de interpretaciones históricas

Soy de lo que los intelectuales de Tijuana denominan como la Frontera. Entre los mios somos de la Línea, termino confuso puesto que nunca diríamos así ya que La Línea es un varrrio de la Liber pero ahora de viejos es cuestión ideológica y no callejera las broncas. Sé un poco de la historia de Tijuana no porque la aprendí en libros, no, la aprendí por medio de vivirla y leerla en ciertos casos en periódicos. En mis tiempos, los tiempos del PRIATO, la ideología imperante era la de ‘mexicanizar’ la frontera, algo que en estos días Hank quiere reimponer de nuevo. En Tijuana existen muchas fronteras y una de ellas es la batalla ideológica por la identidad del tijuanense, así es y será, de seguro, siempre y cuando la Línea esté ahí, para siempre. Más muchos de mi generación cuestionamos estos preceptos mexicanos que en realidad nada tienen que ver con Tijuana. Tijuana no es el México que nos quieren hacer ver a nosotros lo tijuanenses porque la calle presenta otra realidad alterna a la que voces oficiales del gobierno se aferran a presentar como las reales.

Por eso, la interpretación de los hechos siempre suelen ser productos de las ideologías que están en pos de guerra. Interpretamos lo que queremos creer, ver y en las formas de gobiernos democráticos como en México, la interpretación de la realidad tiene dos caras, la que presenta el gobierno y la que presenta la calle, la de la vox populi.

La distancia nos salva muchas veces de los aconteceres históricos de la nación. Por eso el evento de Tlatelolco en 1968 es tan cercano a mi como la muralla China, sólo sé que es un evento importante en la conciencia de mi raza. Mas aquí lo importante es la interpretación de este último evento. Aquí hay una muestra que la interpretación puede causar muertes, censura, y acciones antidemocráticas aún en una nación tan cercana a la nación más democrática del mundo, dizque.

El gobierno quería presentar los hechos de una manera por medio de ciertas interpretaciones. A esta interpretación le nacieron oposiciones a raudales. Y hasta la fecha este evento es un punto contencioso para la conciencia del mexicano. Hoy por hoy es uno de los eventos más discutidos porque las interpretaciones son demasiadas y no se llega a un acuerdo sobre una sola interpretación de los hechos que sea aceptada por todos. Sin embargo, hemos visto, como ciertas interpretaciones de los hechos ocurridos van ganando terreno en pos de otras, así es en este business de las interpretaciones.

Así de igual es la historia, cada quién tiene su versión de ella. Por ejemplo, para mi Flores Magón es un heroé induscutible que no merece el rechazo del gobierno Baja Californiano pero por igual las instituciones democráticas de mi estado pasan leyes proclamando lo contrario en mi nombre. Para mi es sorprendente a proporciones inmensas que el cabildo tijuanense haya declarado a tropas federales como heroés del estado por defender territorio nacional pero no a Flores Magón. Para mi es raro que no quieran aceptar que la Revolución mexicana a nosotros nos llego del lado Gabacho y no del Sur como se le tiene más romantizado a este evento histórico de nuestra nación.

Pero en fin, cada quién tiene su interpretación de la vida nacional y al parecer cada quién tendrá su oportunidad de presentar su versión conforme el paso del tiempo vaya ganando terreno y las interpretaciones valor de credibilidad.


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