À la Crosthwaite pero sin el miedo

Ayer me fui a cortar el pelo.

Me lo corte cerca del centro, en una peluquería/salon de belleza de Sirianos cristianos. Mientrás una jovencita me lo cortaba, a un lado estaba una dama obersevandola, cuidando, sospeché desde que la vi muy campante parada viéndonos, ese acercameinto entre sexos opuestos, como Cerberus, el guardian de Hades.

Lo deje pasar como si nada por un momento, hasta que las manos de la joven me empezaron a tocar mi cabeza y la trasquiladora cortar mi cabello.

En realidad, de manos a manos, la suya era como cualquier otra, hasta que la palma de su mano me tocó cuando me pasaba las tijeras por la frente, sentí la suavidad y me gusto como la plantaba, haciéndome sentir con leve presión su profundidad carnal, tuvo un efecto que me tranquilizó.

Mientrás me movia la cabeza de un lado para otro, se me vinieron encima un par de preguntas eróticas, me pregunté si sujetaria así de la misma manera a su amante, delicado pero con firmez y por qué fue que cuando me el paso el secapelos, me calento el coco de más por un segundillo …

Mi cabello tardo en ser cortado, creo que ella sabía algo de lo que pasaba entre nosotros tres, y cuando terminó le di las gracias por cortarme el pelo pero con un tono de voz que dijo: quedé sumamente satisfecho, gracias. Y le miré, y me miró, y nos miraron mirándonos entre sí…

:::::::::::::::::::..

This entry was posted in Minifix. Bookmark the permalink.