Folclórico

He visto y escuchado bastante sobre otras etnias en mi nuevo pueblo llamado Nässjö.

Aquí en Suecia hay una confluencia de países que contribuyen al paisaje local gracias a los conflictos que en estos últimos hubo o hay.  Suecia es muy generosa al otorgar asilo político, quizá más que México, de hecho solo conozco un caso de un asilo político en México y me dio reharta envidia los múltiples beneficios que el estado ofrece a los que les ofrece asilo político pero eso fue un berrinche de juventud. Quisiera que en México todos los mexicanos fuéremos políticos asilados para que en verdad la nación florezca y no como en los casos de esos en que los extranjeros malentienden la política que bien les dio de qué tragar. Pero en fin, se trató de una simple bufanda de seda tirada en el suelo lo que propino esta embestida emocional de letras. Era negra y transparente, de esas bufandas que dan más a velo que bufandas. Para los que carecen de ojo visual, esas bufandas suelen ser portadas por personas afines a la religión del Islam y se les conoce  como hijab islamico. Debió pertenecer a uno de los nuevos exiliados de Somalia, Yo tampoco entiendo cómo se pierden esas prendas siendo que cubren más que una parte del cuerpo sino toda una gama de fichas de identidad cultural, en fin.

No hace mucho me daba por portar ropa que me identificare como mexicano, para un tijuanense este labor es más arduo de lo que uno se imaginaría y más aún un tijuanense rebelado como yo. Pero lo que sí recuerdo es que tuve ratos en que un sombrero, un tequila o unas chanclas formaban parte de ese repertorio de la imaginación que me hacía sentir humano hasta que me di cuenta que aquí en Suecia pocos había que se identificaran con esos diseños o en ciertas veces gestos culturales que mi imaginación me engañaba con hacerme creer que todo mundo podría colocar en el radar de sus inteligencias. Qué falsas ilusiones. Yo creía que todos sabían sobre Aztlán, sobre la Baja, Tijuana, nix, ni de lejos podrían saber aquí, lo que un jocoqui representa para un buen viejo tj. En mis caminatas o paseos en bicicleta también observo a los nuevos extranjeros al pueblo que no tiene miedo de cambiar su composición racial, a gente de Birmania, Myanmar, hijos de kosovares y algunos cristianos sirianos . Ellos portan aún su ropa, sin pensar en el qué dirán, caminan, como si aún estuvieren en sus selvas asiáticas, en sus desiertos o montañas. El de buen ojo notará la diferencia entre este autoexiliado y los exiliados, los anteriores están aquí porque no pueden practicar su religión en sus países o son minorías hostigadas.

Despojarse uno así nada más de sus prendas culturales sería como andar totalmente desnudo en la Plaza Santa Cecilia de Tijuana. Y aquí no hay nadie que grite que el Rey anda desnudo. Pero el de buen ojo sabrá a leguas por estas calles que yo no porto charola que me identifique como norteamericano, no porque yo no quiera, Chuy the King sabrá que otra cosa no me sería mejor bendición sino porque algún día de mi pasado cesé de portar identificaciones que solo yo reconozco lo que son. Ahora deambulo un limbo cultural en donde solo la nostalgia por el pasado me hace revivir lo que fue. Así que la gente trata por lo usual, adivinar de dónde soy, me identifican como latino, eso que ni que pero hay cada caso en que el radar de las personas me ponen en un buen país árabe.

Y esa es la última verdad: solo yo sé lo que soy.

Lo curioso es que hasta ahora comprendo a los proponentes de la idea de que no importa la raíz o marcadores de identificación cultural como Edna Eriksson, una mexicana que fue dada a adopción y creció en Suecia, propone lo poco que importa un bagaje cultural; ahora sé que solo soy una masa genética que solo viene a brindar un poco de sabor a la gran piscina genética de Suecia y ni quién note pío de lo que soy o fui, y quién sabe si alguien note lo que seré.

Är jag jag så att jag kan vara jag? eller är jag jag så att du kan vara du?

Tänk om jag inte är den du tror att jag är då kanske inte heller du är den du tror du är

Jag är inte invandrare för att jag är invandrare. Jag är invandrare för att du skall kunna kalla dig svensk

Jag tänker inte vara rekvisita i din verklighet Jag tänker inte vara en kasperdocka i din föreställning av verkligheten Jag tänker inte vara ett negativ av en bild för att du skall kunna spegla dig i den framkalla den framkalla dig själv.

Människan har inte rötter hon har fötter så sluta fråga mig varifrån jag kommer fråga mig vart jag är på väg för det är det enda jag har framför mig
det är det enda
du har framför dig Kanske vi skall Åt samma håll?

Speglingar av Edna Eriksson

¿Soy yo yo para que yo pueda ser yo? ¿O soy yo yo para que tú puedas ser tú?

Imagínate si no soy quién crees que yo soy, a lo mejor tú tampoco eres quien crees que tú eres.

Yo no soy emigrante por ser emigrante. Soy emigrante para que tú puedas llamarte sueco.

No pienso ser un atrezo en tu realidad. No pienso ser un kásperle en tu representación de la realidad. No pienso ser un negativo de una foto para que tú puedas reflejarte en ella, para que te reveles, para relevarte a ti mismo.

La humanidad no tiene raíces, tiene pies así que deja de preguntarme de dónde vengo, pregúntame mejor a dónde voy porque es lo único que tengo delante de mí, es lo único que tú tienes delante de ti, ¿A lo mejor vamos en la misma dirección?

*Reflejos Edna Eriksson

*traducción: Julio Sueco

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