La nieve se derretia al calor de la lengua.

Era sabor vainilla,pero el nevero tenia la cuchara llena de otros sabores, a mi me toco saborear un poco de frambuesa que alguien antes que yo había pedido.

Le pregunté si es que se vendia mucho, y me dijo que a estas horas no.

Eran las 12 de la noche.

:::::::::::::::::::::::::::::

This entry was posted in Poema. Bookmark the permalink.