New Mestiza

Leo a Gloria Anzaldúa.

Entró a mi conciencia mediante la red. Me pareció un chiste todo el rollo de un altar en la red; pensé: tsst.

Miré su descenso, deceso en la internet. Las letras me llegaban, una a una. Las lamentaciones no se hacían esperar. En ese entonces escribía más en inglés, allí tenía una pequeña comunidad de amigos que ahora están desvalagados, cada quien pegó requinto pa’ su rancho. ¿Quién es Gloria Anzaldúa? Una chicana más pensé. Relegada a esa área de nuestra conciencia dedicada al arrumbo.

Ahora la leo. Leo sus teorías. Y entiendo y no entiendo. Comprendo exactamente y no quiero comprender.

Resisto. Estoy más allá de la retorica azteca/hispana que nos inculcaron a los tijuanenses de los 60’s, 70’s, 80’s. No creo más en una teoría centralista. Y es que Gloria centra su teoría en una visión azteca/hispana ajena a mí. La mayor parte anyways. Para ella, el eje de partida es lo Anglo. Ella se despoja de la piel anglosajona cuyo tejido le impide verse a sí misma como tal y cual es. Usa sus identidades reprimidas por lo Anglo para encontrarse así misma.

Perdón, aquí no se trata de ofender, sino de comprender la resistencia que corre por las venas de uno; uno como mexicano tiene que comprender su existencia en base de ello. Yo soy bajacaliforniano. Nací en Tijuana. Para colmo de males, soy hijo de mis entornos. Mi familia fragmentada no deja para más. Mi madre fue hija de una señora de la vida, después adoptada por una de negocios. Mi madre llevó su herencia en la sangre, le gustaba la vida. Yo, aparte, nunca supe ni quién fue mi padre, mucho menos saber el nombre de mi abuela materna biológica y pues, el fragmentario de mi historia es así. De hecho mi abuelo es un decir, dicen que fue un gringo que trabajó en los corrales del Hipódromo, así que ya verán.

Al paso de los años, mi único enlace con mi zona geográfica es la lengua. Es la lengua la que me da un dejo de pertenencia. Pertenezco a la Baja California. Y es de ahí dónde busco mi existencia. Quizá algún día venga alguien y me diga, no, tú eres así o no eres de aquí, pero mientras sean peras o manzanas vivo de los mitos o las leyendas de mi terreno, de los que mi familia me dio. Esas historias que alimentan el ego, la identidad, the carrot that feeds wanting to believe. Yo no soy azteca, ni soy español. Soy de baja california y hablo español, sí, pero también hablo inglés y dentro de ese dominio hay múltiples voces que claman todos un pedazo de mí, la mayoría, he descubierto a través de los años, que son de Sonora, otros aztequismos y otras unidades léxicas claman un español arcaico que me remonta a la Conquista.

Y así, veo, como Gloria Anzaldúa intenta explicar su existencia en New Mestiza. Conveniente, para ella, que tiene una familia a la que le puede seguir el hilo de la historia, pero los fragmentados como yo si apenas alcanzamos a vernos en un pedazo del espejo destrozado.

*** highlights of the february sky

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