Ya los vientos no son como los de antes, no, estos traen ráfagas gélidas a su paso, y lo dejan a uno calculando friamente el paso a seguir.

La sueter que me pongo es muy caliente para el frío de afuera, sin lugar a dudas, me dejo impresionar por las hojas a punto de marchitarse y veo, como las manillas del segundero en el reloj, como poco a poco se van manchando de puntos amarillos, algunas, en su desesperación por terminar pronto traicionan sus intenciones en el verde aun de muchas ramas con sus hojas frondosas, su color amarillo, les deja ver sus verdaderas intenciones. Aunque los colores de varias macetas se hallen aún brillando de alegría no deja de sorprender como es notable su titireteo, su deseo por un poco más de ese tibio calor de Junio o Julio.

Mi paso por esas zonas verdosas también me hace ver como es que el viento y la so llamada naturaleza llevan tiempos diferentes, el cielo y los soplos provenientes del Polo Norte hacen que las hojas verdosas de los arboles se arrugen, como queriendo acurrucarse, como abrazandose a si mismas para protegerese del imminente destino y cambio de estaciones. Y como la naturaleza persiste dar señas de un vigor vibrante y las flores que aún se dejan ver continuan su libre batalla día a día.

Hoy disfruto, quiza mañana también, lo último de este Estío y presencio la batalla entre estaciones y como se torna cruenta y la lucha es a muerte, los soldados de ambos dejan entrever una batalla dura, el zacate aun verdecea por las mañanas pero sé que pronto llegará la escarcha asesina y terminara amarillandolo también. De hecho el desgarre de atuendos ya empieza, hoy vi como sucumbió una hoja de árbol ante la fuerza bruta del viento del Norte, a mi paso a la escuela, cayo tirada a mi paso ….

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