De besos y abrazos

Ya llevo como tres años aquí e la Universidad de Estocolmo, recorriendo las facultades de idiomas, dominio casi exclusivo de mujeres por acá, y este nuevo semestre que estoy empezando las amistades que se notaban por su ausencia mi primer año aquí ahora lucen por su presencia, a donde quiera que voy me echan el clásico ‘ Hey! qué onda büey! a ‘on vas? pero en sueco por supuesto. Sólo hay una cosa a la que no me puedo acostumbrar y es que de morros en mi década no lo solíamos hacer, n’ombre, eso era raro y muy tierno, cosa de viejas decíamos de morros.

Estoy hablando de los abrazos que la gente se da cuando se encuentran. Yo no crecí con esa costumbre, mi Tijuana era una sociedad muy distanciada, ni en la escuela nos tocábamos, si a lo mucho un choque de manos con sus maneras especiales de saludar, de esos que terminaban con el puño cerrado y chocandolo con el puño cerrado del saludado. Después me largue de TJ, y cuando regresé a asentarme a San Diego, regresaba a TJ con mucha frecuencia, pues ni modo que no. Fue entonces que wachada a mi carnal salir de la secu, él iba en la 06, por la Altamira, los wachaba como se alegraban de verse, y sorpresa, se abrazaban y daban besitos los unos a los otros, costumbre rara para mí, what the? me decía … a tal grado que hasta lo insulté una vez, entre mi, pinches mamadas pensé …

Ahora aquí en Estocolmo la gente espera eso de mí, las morras off course, antes no lo hacía, pero empecé a notar que mi comportamiento causaba tensión. Y es que miro como el cuerpo se mueve al tan acostumbrado acto de abrazar y besar al encontrado y yo sin responder al lenguaje del cuerpo, (los hombres no esperan besos, pero los de estirpe árabe sí de por cierto …). Y las abrazo, pero torpemente, se me hace un acto imposible de actuar bien, mis abrazos pues son tiesos y mis besos, ni se hable, más torpes que mis abrazos aún, no sé si besarles la mejilla, plantarles mi mejilla solamente o simplemente acercarmeles lo suficientemente cerca como para sentir el calorcito de sus caras. Sea como sea nunca quedo satisfecho de esta nueva manera de saludar, la verdad, aunque calma tensiones, yo me pongo nervioso.

This entry was posted in Suecia. Bookmark the permalink.