Sin playas a mar …

Cuando el viento pasa por mis alrededores, y los árboles mueven sus ramas frondosas, cual ruido de mares tirando sus olas en arenas lejanas,

sus dientecillos helados, y sus rafagas juegan con mi alma, dejando sentir sus mordidas, frescas como una orchata en un verano lejos pero cerca de mis memorias, en los poros de mi piel …

¡ – siento vida dentro de mi cuerpo mortal – !

Sus soplos acercan un ruido de una ave lejana, de una laguna cerca de aquí, sus chillidos recuerdos familiares me remontan a una playa, un olor, de una plaza de toros, de un amor Ateniense que le tengo a mi ciudad.

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