Tijuana Lacks Psychiatric Hospital

May 27, 2003 : Tijuana Lacks Psychiatric Hospital

Source: Frontera (Tijuana), May 27, 2003. Article by Omar Millán.

En un correo electrónico que recibo, Frontera NorteSur: on-line news coverage of the US-Mexico border, salió la novedosa noticia above mentioned.

Wow, qué no notarán más luego sobre nuestra ciudad, ¿que hay sexoservidoras en Tijuana?

Cada esquina tiene su loco en Tijuana, cada desquiciado su ruta a transitar. Nos amenan el día, digo, a los vagos como yo, que no tienen más quehacer que pararse o recargarse en la pared de un edificio y esperar las noticias de la noche anterior. De estar en Tijuana así hubiera contestado. Pero sólo tengo recuerdos para manchar el cyberpresente.

Más sé que las cosas no cambian mucho, y de seguro nuestros locos deambulan aún las calles de Tijuana con sus costrosas miradas de mundos ajenos. A mí en lo particular lo que siempre me causó más asombro y curiosidad fue ver a los alcohólicos por la Coahuila. No sé como es posible que un ser humano caiga tan bajo y vivir la vida como sólo ellos saben hacerlo, ellas en unos cuantos casos, lo hacen también.

En mi niñez eso fue lo qué más me impactó de los ‘locos’. Y no es que sean meramente alcohólicos si no que su uso de razón ya no rinde para más. Hay que diferenciar ¿no? Locos de esos que tienen su ruta son por lo general ya otra especie de vida, con sus mundos muy apartes, que reniegan de las convenciones sociales a las qué nos ata la sociedad.

Pero los alcohólicos, esos me daban un cierto remordimiento, bueno, de seguro si vuelven mis ojos avellanos a caer sobre ellos me conmoverían. Y es esto lo qué más me impacta a mi: no sé como es posible estar consciente de estar tan mugroso, pero tan mugroso, que las costras en días húmedos se hacen una especie de barro negro, sucio, de mugre de la ciudad, la misma que se respira, y dejemos a nuestro paso, ellos la llevan en los poros de su piel. Su cabello negro, tieso como la tierra cuando después de una lluvia deja lodo y este al secarse al sol lo deja duro. Sus atuendos, algunos en días tan calurosos aguantan tres o cuatro chamarras en si, comen basura que, bueno, prueba suficiente de que tanto aguanta el cuerpo humano.

La sociedad es cruel a veces, me acuerdo, la Cruz Roja y la Policía los agarraban y me los bañaban a huevo. Por lo menos hay esa gracia en nuestra ciudad, no somos fascistas. Yo ya estoy viejo y muy lejos para sentir asco, los miro sólo como seres humanos, como otras vidas como la mía, sin más que unos ojos para ver el mundo y una piel para sentir el día, la única diferencia es que ellos han dejado eso por otro modo de vivir y existir, muy ajeno al mio.

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